28 mayo, 2012

Densha de GO! Estrujen, empujen y bajen




Uno de los mayores éxitos de la “generación Playstation” en Japón fue este simulador de trenes de Taito, que debutó primero en los salones recreativos para luego pasar el testigo a la PS de Sony en 1997.

La reproducción realista de las estaciones, trayectos y trenes hicieron las delicias de los aficionados e incluso de los que no tenían interés en este medio de transporte, que arrastrados por el fenómeno decidieron probarlo.

Convertirse en conductor de trenes de líneas como la famosa Yamanote de Tokio es un sueño que muchos niños albergan en Japón y este título les permitía entrenarse. Se llegó a vender incluso un periférico exclusivo para el juego que replicaba el freno y el acelerador que los conductores emplean en la vida real.

El objetivo de Densha de GO! es tan simple como cubrir las distancias entre estaciones en poco tiempo para no hacer esperar a los pasajeros, cumpliendo con las señales viales y sin acelerar demasiado para evitar caídas en el interior de los vagones. El uso del freno es excesivamente complicado al entrar en las estaciones ya que se requiere una bajada de velocidad gradual muy difícil de medir. Pasarse unos pocos metros del final del andén supone una penalización en forma de robo de segundos en los que completar el siguiente recorrido. A la precisión necesaria hay que unirle más penalizaciones, como las del uso del freno de emergencia, así como las complicaciones que provocan la lluvia en pleno trayecto. Así pues, nos encontramos ante un juego cuyo final verdadero, que se consigue sin usar continuaciones, resulta muy complicado de ver.

Densha de GO! es un juego mucho más divertido y exigente de lo que parece, y no es de extrañar que tuviera parte de la culpa del boom que la Playstation protagonizó en tierras japonesas.

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13 mayo, 2012

Como un dragón


2012, año del dragón en Japón. Me pongo a pensar en grandes títulos con dragones de por medio e inevitablemente hay uno que me viene a la mente rápidamente.

Dragon Buster fue uno de los arcades más celebrados de Namco en territorio nipón. Debutó en 1984 y presentaba una aventura en scroll lateral en la que el jugador encarnaba a un héroe que debe superar 12 fases para rescatar a la princesa del reino. Fue, junto a La torre de Druaga, uno de los pioneros del género RPG en los salones recreativos.

En el 87 llegó la conversión a Famicom, que cómo no seguía las convenciones de la época: una sola vida, y al morir vuelta al principio de todo.  Por aquellas fechas Enix realizó una versión propia para el PC 88 de NEC que incorporaba nuevas escenas, pero apuesto a que no bajó un ápice su endiablada dificultad.
Las primeras fases son bastante sencillas, pero a partir de la cuarta empieza el temido “laberinto del diablo”, la manera con la que los jugadores de la época se referían a un mapa cuya ruta solo se veía parcialmente debido a sus dimensiones. Había que avanzar a ciegas a la espera de no cruzarse con más mazmorras intermedias.

Un clásico digno de ser redisfrutado este año... ¿o debería decir “sufrido”?

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11 mayo, 2012

O matase shimashita.

O lo que es lo mismo, perdón por la espera. Hoy se cumple un año desde que dejé Glintas, y vaya la verdad por delante, no imaginaba que volvería a actualizarlo.

Somos realmente pocos los que estamos interesados en el mundo del videojuego retro nipón. En esta época en la que todos intentan captar la mayor audiencia posible, me encontraba dando palos de ciego con una bitácora de esas que llaman nicho, demasiado especializada, y quién sabe, puede que hasta incluso recargada, pedante y rara. Destinada a un público tan limitadísimo como silente.

Las personas cambian, pero nuestra esencia se mantiene inalterada. Las aficiones permanecen ahí, esperando a ser retomadas. El placer de redescubrirse es inmenso, y hacerlo a través de lo que a uno le gusta, es una sensación única, como la que se percibe tras encontrarse con un viejo amigo.

La industria del videojuego japonesa también ha cambiado bastante, tratando de retomar su hegemonía internacional por medio de las aplicaciones y juegos destinados a smartphones, en un intento de recuperar el ímpetu económico provocado por la NES a principio de los 80. Como en aquella época, en Japón nos encontramos ahora en medio de una vorágine de cambios, en donde los cartuchos han dejado paso a la distribución digital y los juegos gratuitos con contenidos de pago son los mayores abanderados de las que se suponen serán las nuevas tendencias en ocio digital.

A los juegos de Saturn, Super Nintendo, Dreamcast… poco les importa esto, la verdad. Siguen estando ahí para nosotros, para enseñarnos lo fácil que es entretener y divertir pasen los años que pasen y vengan quienes vengan.

Tras este año sabático, echando la vista atrás, veo que yo también me he perdido en el tiempo y el espacio. Lo bueno es que, tras retomar el camino, me encuentro con que todo sigue ahí, en su sitio. Todo ordenado, tranquilo. Con muchos recuerdos que recuperar.

Bienvenidos de nuevo. Bienvenidos a Glintas.

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